Razón y Verdad Católica

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 Ideas tomadas del Dr. Conrado Gnerre 

La verdad católica defiende la razón principalmente porque afirma que la razón humana es capaz de resolver la cuestión más importante de la vida del hombre: si Dios existe o no existe.

Aquí te detallo los puntos clave extraídos de las fuentes:

  • Actualmente, solamente la verdad católica —la verdad católica de siempre, íntegra y no contaminada por elementos modernistas o neomodernistas— defiende la razón.
  • La razón defendida por la verdad católica es una razón humilde, verdadera y que no es autorreferencial.
  • Esta razón se inclina ante la evidencia de que existe un orden en la naturaleza.
  • Como señala Leonardo da Vinci, "En naturaleza ningún efecto es sin razón". Esto significa que la naturaleza está ordenada, y en ella hay un principio inconfundible: el principio de causalidad, donde a cada efecto corresponde una causa. La naturaleza ordenada debe proceder de una inteligencia, ya que no puede autoordenarse.
  • Al reconocer este orden y causalidad en la naturaleza, la razón humana puede llegar a demostrar la existencia de Dios y conocer algunos de Sus atributos. La verdad católica afirma esta capacidad de la razón para conocer a Dios.
  • Esto contrasta con ciertas posturas filosóficas contemporáneas (como la atribuida a Wittgenstein en una de las fuentes) que afirman que el ser humano no puede conocer a Dios ni las realidades metafísicas. Desde esa perspectiva, tales realidades no podrían ser expresadas a través del lenguaje y no constituirían un problema filosófico. Una de las fuentes considera esto un "grave error" porque la razón sí permite conocer a Dios.
  • Por lo tanto, la verdad católica defiende la razón al afirmar su capacidad intrínseca para llegar a la Verdad última, es decir, a Dios, partiendo de la evidencia del orden natural, elevando así el potencial y el papel de la razón humana a su máximo nivel al permitirle abordar la pregunta fundamental de la existencia.

Un aspecto de la filosofía contemporánea, asociada con la "filosofía del lenguaje" y con pensadores como Ludwig Wittgenstein, postula que solo aquello que se conoce verdaderamente puede ser expresado a través del lenguaje. Siguiendo esta línea de pensamiento, si se afirma que el hombre no puede conocer a Dios ni las realidades metafísicas, entonces estas realidades no podrían ser expresadas y, por lo tanto, no constituirían un problema filosófico.

Hayn grave peligro en esta posición: el de vincular la verdad al lenguaje. La verdad, que por sí misma es inmutable, estable y metastórica (fuera del devenir de la historia), se reduce a la "palabra" o a la simple comunicación. Dado que el lenguaje está ligado a circunstancias históricas y locales específicas, esta reducción significa que la verdad se disuelve completamente en el lenguaje.

Esta disolución de la verdad en el lenguaje está relacionada con la esencia de la modernidad, descrita como un "delirio antropocéntrico". En este delirio, el hombre busca en sí mismo la respuesta a su vida, intentando ser autosuficiente y, en esencia, hacerse a sí mismo su propio Dios. Sin embargo, esta búsqueda de un objetivo erróneo, que va "contra natura" y "contra la verdad de las cosas", genera el resultado opuesto (lo que se denomina "heterogénesis de los fines").

En lugar de alcanzar la autosuficiencia, la filosofía contemporánea muestra al hombre siempre vinculado y sometido a algo. La fuente proporciona varios ejemplos de esta sumisión en diferentes corrientes filosóficas:

  • En el historicismo, el hombre es definido por la historia.
  • En el estructuralismo, el hombre es definido por las estructuras.
  • En el economicismo, el hombre es definido por la economía.
  • En el materialismo, el hombre es definido por la materia.
  • En un cierto tipo de psicoanálisis, el hombre es definido por el inconsciente.

Y, específicamente en relación con la filosofía del lenguaje, el hombre es definido por el lenguaje. El hombre se "hace lenguaje" y debe expresarse dentro de él, pero en toda la fragilidad y el "elemento disolvente" del lenguaje mismo. Esto lleva a que el hombre a su vez se disuelva, como si se autodestruyera. Esta "parábola" de autodestrucción o disolución se ve como la consecuencia de perseguir un objetivo erróneo (el antropocentrismo).

La filosofía contemporánea, al ser escéptica, sugiere que el lenguaje solo puede expresar hechos, excluyendo las verdades metafísicas por no considerarlas hechos. También señala una contradicción en esta postura, ya que al afirmar que las realidades metafísicas no son expresables, de hecho, se demuestra un conocimiento de lo que son. Ambas fuentes sugieren que solamente la verdad católica defiende la razón hoy en día, al afirmar la capacidad de la razón para conocer la existencia de Dios a partir del orden observable en la naturaleza.





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Rosa Mística