12 motivos para vivir nuestra sexualidad con honestidad en la sociedad

 Queridos peregrinos, en marzo de 1971 se introdujo en Italia la píldora anticonceptiva. Ahora bien, digámoslo con franqueza, en el ámbito eclesial ya nadie habla de anticoncepción y, dadas por hecho, cuánta responsabilidad asumen los sacerdotes no sólo guardando silencio en el confesionario sino incluso tolerándolo, si no hasta el punto de aprobándolo. Para nosotros esto no debe ser así, debemos proclamar siempre la verdad sin importar el costo, le guste o no al mundo.

Por eso quiero ofrecerles una reflexión sobre 12 posibles consecuencias de la legitimación de la anticoncepción.

 Uno, descenso general de la moralidad o reducción de la sexualidad únicamente como instrumento de placer. 

Dos, el aumento de la infidelidad conyugal; de hecho, las relaciones ocasionales han aumentado con la anticoncepción.

En tercer lugar, la disminución del respeto por las mujeres, la reducción de la sexualidad a un instrumento de placer, en realidad ha facilitado la explotación del cuerpo femenino. 

Cuarto, legitimación de la irresponsabilidad, una sexualidad sin procreación niega la asunción de cualquier compromiso. 

Cinco, signo de infantilismo prolongado; de hecho, excluir la paternidad facilita la prolongación de la inmadurez.

Seis, privatización y publicidad de la sexualidad al mismo tiempo. De hecho, negar la apertura a la vida, por un lado, hace que el acto sexual sea privado, es decir, sin implicaciones sociales, y, por otro, lo hace paradójicamente público, ya que está motivado sólo por pura diversión, por puro placer. 

Siete, desresponsabilidad de los padres que acaban por no vivir más para sus hijos, es decir, acaban aceptando a estos hijos sólo cuando encajan en su plan de satisfacción.

En definitiva, se trastorna el orden natural, los hijos están llamados a vivir para sus padres. 

En octavo lugar, no hay una reducción de los abortos, sino que el aborto se transforma en una especie de último anticonceptivo cuando el anticonceptivo real falla. Por supuesto, el aborto no es un anticonceptivo, por eso en este caso el anticonceptivo está entre comillas, pero en realidad se recurre al aborto cuando fallan los primeros medios anticonceptivos, de hecho, no es casualidad que las zonas donde el aborto está más extendido también sean esas zonas. donde la anticoncepción está más extendida.

Nueve, apertura a la fertilización in vitro, de hecho decir no quiero un hijo también significa quiero un hijo a toda costa, es decir, muchas veces no reflexionamos sobre esto, algunos por ejemplo acusan la moral católica diciendo pero ¿Por qué por un lado se condena la anticoncepción y por otro lado se condenan todas aquellas técnicas destinadas a facilitar la procreación, la generación de un hijo, entonces no nos damos cuenta de que la afirmación no quiero en absoluto un hijo y La afirmación "Quiero absolutamente un hijo" nace en realidad de la misma afirmación, es decir, de creer que la vida está sujeta a nuestra voluntad de poder, cuando en cambio la relación que debe existir entre el hombre y el misterio de la vida es simplemente una relación. de propuesta, en el sentido de que los padres desean tener una vida pero quien debe disponer totalmente de la vida es solo Dios.

Diez aperturas a aberraciones como el útero alquilado, si en realidad la sexualidad sin hijos es posible entonces los hijos sin sexualidad también son posible .

Once imposiciones de políticas demográficas hacia los países más pobres, esto ha sucedido mucho, en lugar de ayudar a las poblaciones pobres hay que obligarlas a aceptar políticas demográficas con la imposición de anticonceptivos.

Doce el último, legitimación de la práctica homosexual y de la cultura homosexualista, si la sexualidad puede existir sin procreación entonces en realidad todo se convierte en sexualidad y por lo tanto ya no hay una única sexualidad entre el hombre y la mujer generativa sino que todo se convierte en sexualidad. Bueno queridos peregrinos terminemos aquí, nos vemos para el próximo video, los saludo cordialmente recordándoles que Dios es verdad, bondad y belleza.