Religión, superstición, magia o Cristianismo.

Estamos entrando en la recta de finales de octubre. El paganismo se acerca con su mundo de Hallo ween . Los católicos debemos entender que nuestra fe se funda en tres marcadas diferencias, Dios nos ha llamado, hemos sido elegidos por Él (Antiguo Testamento), la Resurrección de Cristo, tras morir en la cruz, nos hace redimidos de todos nuestros pecados, ya no dependemos de la ley sino de la Misericordia de Dios (Nuevo Testamento), y por los Santos Padres junto al Magisterio de la Iglesia hemos podido conocer al Dios, en todas sus dimensiones trinitarias, gracias a la razón. Razón que viene de Dios para que podamos conocer más y mejor, apartándonos de las supersticiones, magia y brujerías. 

Para desarrollar este tema hemos seleccionado tres contenidos muy diferentes que pretenden profundizar en el hecho que sin razón no hay fe, y si hay razón no es posible ni la magia ni la superstición.


¿Fomenta la Iglesia la superstición? (enlace con la traducción)

El Dr. David Anders se une a nosotros para una mirada en profundidad a la acusación de que la Iglesia Católica es supersticiosa. La relación católica con la superstición a veces puede ser complicada, pero las complicaciones tienen un remedio muy católico.

https://drive.google.com/file/d/1ZcXDxRFnp9d3V75wNoKcNZOshJky6vj5/view?usp=sharing

¿Son los sacramentales magia? (enlace con la traducción)

El escritor católico Shaun McAfee se une a nosotros para defender el uso católico de los sacramentales: agua bendita, crucifijos, bendiciones, etc. Esta práctica se parece mucho a la magia tanto para nuestros amigos protestantes como seculares. ¿Tienen razón? Shaun se basa en su nuevo libro, 20 Respuestas: Reliquias y Sacramentales, para explicar exactamente lo que los católicos están haciendo.

https://drive.google.com/file/d/1scu-hUefwwRGMmxFnkf8C73XdU_GBnC9/view?usp=sharing

La religión en la evolución humana

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Gustavo Bueno


No faltarán quienes, ante el enunciado titular, tuerzan el gesto y sentencien: “este tema es, por su amplitud y generalidad, intratable; está, por tanto, mal planteado y propiamente carece de sentido” (al menos si pretendemos mantenernos fuera de los tratamientos meramente retóricos, literarios o parenéticos). Y no hace falta suponer que quienes así reaccionan ante el tema propuesto sean hombres des-ligados de toda religiosidad (o en contra de toda confesión religiosa o Iglesia) o bien sean hombres religiosos (o, en concreto, vinculados a alguna confesión o Iglesia viviente). En cualquiera de las dos posibilidades podrían acogerse al interdicto que G. Bachelard decretó hace cinco décadas desde las premisas epistemológicas del “materialismo racional” contra las “Ideas generales”. ¿Cómo llevar a efecto algún planteamiento racional de un tema referido a Ideas tan generales como “religión” o “evolución humana”? ¿Acaso puede hablarse de la religión, en general, y no de las cosas tan diferentes que están cubiertas por este nombre ambiguo, que confunde los contenidos más heterogéneos, los diversos valores de lo sagrado, y las épocas más diversas? (¿Qué tiene que ver la religión de los yanomamos con la religión de los cristianos? ¿Acaso los soldados de Hernán Cortés que derribaron el ídolo de Cozumel consideraban religiosos, y no más bien supersticiosos, a los indios que lo adoraban?). ¿Y acaso puede hablarse de “evolución humana” con sentido? Cabría hablar a lo sumo, y acaso metafóricamente, de “evolución” refiriéndonos a las diferentes categorías de la cultura humana –evolución de los sistemas políticos, evolución del automóvil, evolución de la orquesta sinfónica...– pero ¿cómo hablar en general de la evolución humana, que comportaría una especie de evolución de todas las categorías culturales mezcladas? [62]

En conclusión, hay motivos suficientes para pensar, al menos en un principio que carece de sentido plantear de un modo mínimamente riguroso el tema de la “religión en la evolución humana”.



Conferencia pronunciada en Madrid el día 8 de marzo de 2001 en el Auditorio del Centro Cultural

Conde Duque, dentro del ciclo “La tercera cultura”, organizado por la Fundación Santander

Central Hispano, publicada en Ciencia y Sociedad, Ediciones Nobel 2001, páginas 61-105.




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Rosa Mística