La Lucha Contra los Pensamientos

Este documento sintetiza la enseñanza sobre la "lucha contra los pensamientos" como el núcleo de la vida espiritual. Sostiene que la verdadera batalla no se libra contra las acciones externas, sino en el mundo interior, donde se originan los pecados. La fuente del mal reside en los pensamientos, que deben ser combatidos en su origen.
David y Betsabé

La tentación se desarrolla a través de un proceso de cinco fases: sugestión, vínculo, consentimiento, realización y vicio. El punto crítico y donde se comete el pecado es en la tercera fase: el consentimiento, cuando la voluntad decide activamente seguir el pensamiento seductor. Las dos primeras fases no constituyen pecado.
Fuente de estas notas.


La victoria se logra a través de cuatro métodos estratégicos:

1. Vigilancia: Mantenerse alerta para discernir el origen de cada pensamiento.

2. Rechazo: Cortar de raíz los pensamientos negativos una vez identificados, sin entrar en diálogo con ellos.

3. Oración en el nombre de Jesús: Utilizar la invocación del nombre de Cristo, específicamente la oración "Señor Jesús, ten piedad de mí", como el arma más poderosa para expulsar la tentación.

4. Ascesis Corporal: Utilizar la disciplina física (como el ayuno o la vigilia) para someter el cuerpo al espíritu, debilitando así el poder de las pasiones.

El objetivo es purificar el mundo interior, logrando una paz duradera y una memoria constante de la presencia de Dios.

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1. El Fundamento: La Batalla Interior

La lucha espiritual fundamental no consiste meramente en evitar actos pecaminosos externos, sino en combatir la raíz interna del pecado: los pensamientos. Las acciones son solo la manifestación de un estado interior; la verdadera sanación se produce al purificar la fuente.

• La Fuente Interna del Pecado: Citando a Jesús, se afirma que "no es lo que entra en el hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de él", subrayando que el trabajo debe centrarse en el interior.

• La Guerra de los Pensamientos: San Máximo el Confesor es citado para reforzar esta idea: "Los pensamientos nos hacen una guerra mucho más dura que las acciones". Se puede renunciar a todo externamente y vivir como un ermitaño, pero si el interior está devastado por malos pensamientos, el sacrificio es inútil.

• Origen de los Pensamientos: Los pensamientos negativos surgen de tres fuentes principales:

    1. El Mundo Interior: Una mente descrita como "inclinada al mal".

    2. La Memoria: Un "gran almacén" de todo lo visto, vivido, hecho y sufrido, que el demonio utiliza para generar tentaciones.

    3. Sugestiones Externas: Estímulos del entorno que despiertan pasiones negativas sin que haya una intención consciente.

2. El Mecanismo de la Tentación: Las Cinco Fases

Los Padres del Desierto describen el desarrollo de la tentación en un proceso de cinco etapas. Comprender este mecanismo es crucial para saber en qué punto intervenir.

Fase
Descripción
Estatus de Pecado
Ejemplo
1. Sugestión
Es el primer impulso o la atención que se presta a algo que propone el enemigo o la vida. Es una simple aparición del pensamiento.
No es pecado.
David ve a Betsabé bañándose. Una persona pasa por una pastelería y ve un dulce.
2. Vínculo
Es la acogida del pensamiento, el detenerse en él porque resulta agradable o interesante. Se entra en relación con la sugerencia.
No es pecado.
David se detiene a contemplar a Betsabé. La persona se queda mirando el dulce en el escaparate.
3. Consentimiento
Es el punto decisivo. La voluntad decide activamente seguir el pensamiento. Es el "punto de no retorno" donde se da poder al mal.
Sí, es pecado.
David decide que quiere a Betsabé. La persona decide entrar a comprar el dulce.
4. Realización
Se ha superado el punto de no retorno y se comete el pecado materialmente. La persona ya no puede o no quiere retroceder.
Pecado consumado.
David comete adulterio. La persona come el dulce con gula.
5. Vicio
El acto pecaminoso se reitera continuamente sin resistencia, convirtiéndose en un hábito que proporciona placer. Ya no se plantea un problema moral.
Estado de pecado.
El acto se repite hasta convertirse en parte de la conducta habitual.

El combate espiritual debe centrarse en el tercer punto (Consentimiento). Confesar las sugestiones o los vínculos es innecesario, ya que no son pecado.

3. Estrategias para la Victoria Espiritual

Se proponen cuatro métodos prácticos y probados por los Padres de la Iglesia para combatir eficazmente los pensamientos en la fase crítica.

3.1. Vigilancia: El Centinela del Alma

La vigilancia es un estado de alerta constante, un llamado repetido en los Evangelios ("Vigilad y orad").

• Propósito: Estar despierto para captar el surgimiento de los pensamientos y reconocer inmediatamente su fuente.

• Método Práctico: Siguiendo un apotegma de los Padres del Desierto, a cada pensamiento que llega se le debe preguntar: "¿Eres de los nuestros o vienes del enemigo?". Esta práctica se inspira en el encuentro de Josué con el jefe del ejército del Señor (Josué 5:13-15), donde Josué pregunta: "¿Estás con nosotros o con nuestros adversarios?".

3.2. Rechazo: La Decisión Crítica

Una vez que se discierne que un pensamiento proviene del adversario, debe ser rechazado. Existen dos formas de hacerlo, aunque una es claramente superior.

1. Refutación (Posición minoritaria): Consiste en oponer al pensamiento negativo pensamientos contrarios, a menudo extraídos de las Escrituras. Jesús utilizó este método en el desierto. Sin embargo, para la mayoría de las personas es un método arriesgado, ya que "el demonio conoce la Biblia mejor que nosotros" y puede arrastrar a la persona a su lógica a través del diálogo.

2. Rechazo Inmediato (Posición mayoritaria): Consiste en cortar el pensamiento de raíz, sin dialogar. Es un acto de violencia espiritual para evitar que el "veneno" del pensamiento se propague. Se cita la interpretación de San Agustín del Salmo 137 ("Bienaventurado el que tome a tus pequeños y los estrelle contra la roca"), donde "los pequeños de Babilonia" son los malos pensamientos recién nacidos, y la "roca" es Cristo. El acto de "estrellarlos" es el rechazo inmediato.

3.3. La Oración en el Nombre de Jesús: El Arma Definitiva

El método más eficaz para el rechazo es la invocación del nombre de Jesús.

• Fundamento: Citando a San Porfirio, se afirma que "el arma más importante contra el diablo es el nombre de Jesús. Lo hace temblar". El demonio, siendo soberbio, no soporta el desprecio que implica ser ignorado en favor de Cristo.

• Técnica Práctica:

    1. Cuando llega el pensamiento seductor, no se debe entrar en pánico ni confrontarlo directamente.

    2. Físicamente, uno debe "girarse 180 grados", dando la espalda al pensamiento.

    3. Lentamente y con convicción, repetir al menos tres veces la oración: "Señor Jesús, hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador".

• Efecto: Al invocar a Cristo, es Él quien combate. La tentación se desvanece no por la fuerza propia, sino por la intervención divina. Esta práctica purifica el corazón de inmediato.

3.4. El Uso del Cuerpo: La Ascesis Corporal

La disciplina física es una herramienta poderosa que ayuda al espíritu en su lucha. El cuerpo y el espíritu están misteriosamente ligados; afligir al cuerpo fortalece al espíritu.

• Propósito: Someter el cuerpo al espíritu para que este último sea soberano. Un cuerpo fatigado por la ascesis es más débil ante los apetitos carnales y comprende mejor la necesidad de Dios.

• Ejemplos: Se mencionan las penitencias de grandes santos (el Cura de Ars, Santa Verónica Giuliani, San Serafín de Sarov) y formas más modernas, como la ascesis del frío practicada por Don Divo Barsotti.

• Equilibrio Correcto: La ascesis no es odio al cuerpo (una herejía), sino un medio para ordenarlo a su fin espiritual. Se deben evitar dos extremos:

    1. Despreciar el cuerpo.

    2. Amar el cuerpo en exceso: Esto incluye el "salutismo" o la preocupación obsesiva por la salud, descrita por el psiquiatra Manfred Lütz como una "religión ridícula, agotadora, cara y peligrosa" que crea infelicidad.

 Libertad Espiritual: Se concluye con una anécdota de Don Divo Barsotti, quien, mientras sostenía una copa de vino, afirmó que se puede prescindir de todo, para luego corregirse con humor: "bueno, del vino quizás no". Esto ilustra una espiritualidad libre y humana, que no busca el placer pero lo acoge con gratitud, sin apego.

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Rosa Mística