Salmo 91 (90) Bajo las alas divinas
91 (90)1Tú que habitas al amparo del Altísimo, | que vives a la sombra del Omnipotente, 2di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, | Dios mío, confío en ti». 3Él te librará de la red del cazador, | de la peste funesta. 4Te cubrirá con sus plumas, | bajo sus alas te refugiarás: | su verdad es escudo y armadura. 5No temerás el espanto nocturno, | ni la flecha que vuela de día, 6ni la peste que se desliza en las tinieblas, | ni la epidemia que devasta a mediodía. 7Caerán a tu izquierda mil, | diez mil a tu derecha; | a ti no te alcanzará. 8Nada más mirar con tus ojos, | verás la paga de los malvados, 9porque hiciste del Señor tu refugio, | tomaste al Altísimo por defensa. 10No se acercará la desgracia, | ni la plaga llegará hasta tu tienda, 11porque a sus ángeles ha dado órdenes | para que te guarden en tus caminos. 12Te llevarán en sus palmas, | para que tu pie no tropiece en la piedra; 13caminarás sobre áspides y víboras, | pisotearás leones y dragones. 14«Se puso junto a mí: lo libraré; | lo protegeré porque conoce mi nombre; 15me invocará y lo escucharé. | Con él estaré en la tribulación, | lo defenderé, lo glorificaré, 16lo saciaré de largos días | y le haré ver mi salvación».
El Papa Juan Pablo II ofreció una catequesis sobre el Salmo 91 durante la audiencia general del miércoles 12 de junio de 2002. A continuación, se presenta el texto completo de dicha catequesis:
1. La antigua tradición judía reserva un puesto particular al Salmo 91, que acabamos de escuchar, como canto del hombre justo a Dios creador. El título que se le ha dado al Salmo indica, de hecho, que está destinado a entonarse el sábado (cf. versículo 1). Es, por tanto, el himno que se eleva al Señor eterno y excelso cuando, en el ocaso del viernes, se entra en el día santo de la oración, de la contemplación, de la tranquilidad serena del cuerpo y del espíritu.
En el centro del Salmo se eleva, solemne y grandiosa, la figura del Dios altísimo (cf. versículo 9), en cuyo alrededor se delinea un mundo armónico y lleno de paz. Ante él se presenta la persona del justo que, según una concepción muy utilizada por el Antiguo Testamento, es colmado de bienestar, alegría y larga vida, como consecuencia natural de su existencia honesta y fiel. Se trata de la así llamada "teoría de la retribución", según la cual, todo delito tiene ya un castigo en la tierra y toda acción buena una recompensa. Si bien en esta visión hay un elemento de verdad, sin embargo —como intuirá Job y como confirmará Jesús (cf. Juan 9, 2-3)— la realidad del dolor humano es mucho más compleja y no puede ser tan fácilmente simplificada. El sufrimiento humano, de hecho, debe ser considerado en la perspectiva de la eternidad.
2. Pero examinemos ahora este himno sapiencial con aspectos litúrgicos. Está constituido por un intenso llamamiento a la alabanza, al gozoso canto de acción de gracias, a la fiesta de la música tocada por el arpa de diez cuerdas, por el laúd y por la cítara (cf. versículos 2-4). El amor y la fidelidad del Señor deben ser celebrados a través del canto litúrgico "con arte" (cf. Salmo 46, 8). Esta invitación es válida también para nuestras celebraciones, para que recuperen esplendor no sólo en las palabras y ritos, sino también en las melodías que las animan.
3. Después de este llamamiento a no apagar nunca el hilo interior y exterior de la oración, auténtico aliento constante de la humanidad fiel, el Salmo 91 propone como en dos retratos el perfil del impío (cf. versículos 7-10) y del justo (cf. versículos 11-16). El primero es definido como "necio" y "insensato" (cf. versículo 7), términos que en el lenguaje bíblico indican una opción perversa, asociada a la maldad y a la idolatría. Aunque florezcan como la hierba, destinados a un verdor efímero, los malvados están destinados a la destrucción (cf. versículo 8).
Los enemigos de Dios, es decir, los malvados, se dispersarán y perecerán (cf. versículo 10). El justo, en cambio, es fiel al Señor, y por ello "florecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano" (versículo 13). Plantado en la casa del Señor, en los atrios del templo de Sión, "dará fruto en la vejez" y "estará lozano y frondoso" (versículos 14-15). La fidelidad a Dios es fuente de bendición, de paz y de felicidad; es un camino que lleva a la vida y a la comunión con Dios.
4. El Salmo 91 es, por tanto, un himno optimista, potenciado también por la música y el canto. Celebra la confianza en Dios que es manantial de serenidad y de paz, incluso cuando se asiste al aparente éxito del impío. Una paz que permanece intacta en la vejez (cf. versículo 15), estación vivida todavía en la fecundidad y en la seguridad.
Concluimos con las palabras de Orígenes, traducidas por san Jerónimo, que hacen hincapié en la frase del Salmista que dice a Dios: "me unges con aceite nuevo" (versículo 11). Orígenes comenta: "Nuestra vejez tiene necesidad del aceite de Dios. Al igual que nuestros cuerpos cansados recobran vigor ungiéndolos con aceite, al igual que la llama de la lámpara se extingue si no se le añade aceite, así también la llama de mi vejez necesita el aceite de la misericordia de Dios. También los apóstoles subieron al monte de los Olivos (cf. Hechos 1, 12) para recibir luz del aceite del Señor, pues estaban cansados y sus lámparas necesitaban el aceite del Señor... Por ello, pidamos al Señor que nuestra vejez, nuestro cansancio, y todas nuestras tinieblas sean iluminadas por el aceite del Señor" ("74 Homilías sobre el Libro de los Salmos" —"74 Omelie sul Libro dei Salmi"—, Milán 1993, páginas 280-282).
Esta catequesis fue pronunciada por el Papa Juan Pablo II durante la audiencia general del miércoles 12 de junio de 2002
Comentario teológico, exegético y pastoral del Salmo 91 (90)
El Salmo 91 (90), uno de los textos más conocidos y consoladores del Salterio, presenta una riqueza teológica y pastoral que ha acompañado a generaciones de creyentes en momentos de tribulación. En sus dieciséis versículos, se despliega una profunda confianza en la protección divina, expresada mediante imágenes poéticas que reflejan la relación entre Dios y el creyente. Este comentario busca explorar el texto desde tres perspectivas: teológica, exegética y pastoral.
Perspectiva teológica
Desde el punto de vista teológico, el Salmo 91 subraya la omnipotencia y fidelidad de Dios como refugio y protector del justo. “Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente” (v. 1) introduce una imagen de intimidad y cercanía con Dios, evocando la figura de un refugio seguro en medio de un mundo peligroso. El Altísimo (“Elyón”) y el Omnipotente (“Shadday”) son nombres divinos que refuerzan la idea de que Dios tiene el poder supremo para proteger y sustentar.
El versículo 2, “Di al Señor: ‘Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti’”, es una declaración de fe personal. El salmista reconoce en Dios no solo un protector genérico, sino una fuente de seguridad personal e inquebrantable. Este acto de confianza es el fundamento teológico del salmo: la dependencia absoluta en un Dios que es fiel a sus promesas.
El tema de la providencia divina también emerge claramente en los versículos 3-8. “Te librará de la red del cazador, de la peste funesta” (v. 3), indica que Dios no solo ofrece protección física, sino también espiritual. La imagen de las alas en el versículo 4, “Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás”, recuerda la ternura de una madre ave que protege a sus crías. Este simbolismo combina la omnipotencia divina con su cercanía amorosa.
Perspectiva exegética
El Salmo 91 pertenece al género de los salmos de confianza y su estructura puede dividirse en tres secciones principales:
Confianza inicial en Dios (vv. 1-2): Se establece la relación personal entre el creyente y Dios, utilizando imágenes de refugio y fortaleza.
Descripción de la protección divina (vv. 3-13): Se enumeran las diversas maneras en que Dios protege al justo frente a peligros visibles e invisibles.
Oráculo divino (vv. 14-16): Dios mismo toma la palabra para reafirmar su promesa de protección y salvación.
Los versículos 7-8, “Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará”, destacan la intervención selectiva de Dios. Aunque el mal y la desgracia puedan estar presentes, el justo que confía en Dios se mantiene bajo su cuidado. Esta protección no se limita a lo individual, sino que abarca un contexto comunitario: el justo vive dentro de una comunidad protegida por el pacto divino.
Una clave exegética crucial es el versículo 11: “Porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos”. Aquí se introduce la figura de los ángeles como ministros de la protección divina, una idea que tendría un desarrollo posterior en la literatura intertestamentaria y en el Nuevo Testamento (cf. Mt 4,6; Heb 1,14). Los ángeles son una extensión del cuidado personal de Dios hacia su pueblo.
El oráculo final, “Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre” (v. 14), marca un cambio significativo. Dios habla directamente, reafirmando la protección basada en una relación de conocimiento mutuo. Conocer el nombre de Dios no implica simplemente saber cómo llamarlo, sino vivir en intimidad con Él, obedeciendo sus caminos.
Perspectiva pastoral
El Salmo 91 tiene un profundo valor pastoral, especialmente en momentos de crisis o incertidumbre. Sus imágenes de protección y refugio han sido una fuente de consuelo para innumerables creyentes que enfrentan pruebas como enfermedades, conflictos o inseguridades.
Confianza frente al miedo: Los versículos 5-6, “No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas”, desafían al creyente a vivir sin miedo. Aunque el mal esté presente, la protección de Dios es una realidad que supera cualquier amenaza. En el contexto pastoral, esto puede aplicarse en acompañamiento espiritual, ayudando a las personas a reconocer la presencia de Dios incluso en medio de sus luchas.
El papel de la oración: El versículo 15, “Me invocará y lo escucharé”, subraya la importancia de la oración como medio para experimentar la cercanía de Dios. Los ministros pueden usar este salmo para animar a las comunidades a cultivar una vida de oración confiada.
El cuidado divino a través de los ángeles: La mención de los ángeles en el versículo 11 puede reforzar una espiritualidad de confianza en el cuidado constante de Dios. Esto puede ser especialmente significativo en catequesis o predicaciones que buscan destacar la acción de los mensajeros divinos.
Esperanza en la salvación final: El salmo culmina con la promesa de “largos días” y “salvación” (v. 16). En una perspectiva cristiana, esta salvación se entiende también como la vida eterna en Cristo. Este mensaje de esperanza es vital para fortalecer la fe en medio de la adversidad.
Aplicaciones contemporáneas
En la actualidad, el Salmo 91 puede inspirar a los creyentes a enfrentar los retos de un mundo marcado por pandemias, conflictos sociales y crisis personales. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, este texto se convirtió en un recurso espiritual para millones de personas que buscaban consuelo y protección divina.
En contextos pastorales, puede ser útil organizar talleres de reflexión sobre este salmo, invitando a los participantes a compartir cómo han experimentado la protección de Dios en sus vidas. También puede ser integrado en liturgias especiales, como vigilias de oración por la paz o la sanación.
Conclusión
El Salmo 91 es un himno de confianza inquebrantable en Dios. Desde su profundidad teológica hasta sus imágenes pastorales, este salmo invita a los creyentes a refugiarse bajo las alas del Altísimo y a vivir con la certeza de que, pase lo que pase, Dios está presente. En un mundo lleno de incertidumbres, sus palabras siguen resonando como un llamado a confiar en el Dios que nunca abandona a quienes buscan su amparo.
Fuentes consultadas:
Biblia de Jerusalén. Desclée De Brouwer, 2009.
Von Rad, G. Teología del Antiguo Testamento. Editorial Verbo Divino, 1993.
Kidner, D. Psalms 73-150: An Introduction and Commentary. InterVarsity Press, 1975.
Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Bíblicos. La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 1993.
Paralelos versículo a versículo del Salmo 91 según las referencias cruzadas de la Biblia de Jerusalén:
Salmo 91:1
- Salmo 90:1: "Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación."
- Salmo 27:5: "Porque él me esconderá en su refugio en el día del peligro; me ocultará en lo reservado de su tienda, sobre una roca me pondrá en alto."
Salmo 91:2
- Salmo 18:2: "Yo te amo, Señor, mi fuerza."
- Salmo 142:6: "A ti clamo, Señor; digo: Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes."
Salmo 91:3
- Salmo 124:7: "Nuestra alma escapó cual pájaro del lazo de los cazadores; el lazo se rompió y nosotros escapamos."
- Proverbios 6:5: "Sálvate como gacela de la mano del cazador, como ave de la mano del que arma lazos."
Salmo 91:4
- Deuteronomio 32:11: "Como un águila que despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma y los lleva sobre sus plumas."
- Salmo 17:8: "Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas."
Salmo 91:5-6
- Job 5:19-20: "En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal. En el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra del poder de la espada."
- Proverbios 3:25: "No temerás el pavor repentino, ni la ruina de los impíos cuando llegue."
Salmo 91:7
- Josué 14:10: "Y ahora, he aquí, el Señor me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años desde el tiempo en que el Señor habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años."
Salmo 91:8
- Salmo 37:34: "Espera en el Señor y guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean exterminados los impíos, lo verás."
Salmo 91:9-10
- Proverbios 12:21: "Ninguna desgracia sobreviene al justo, pero los impíos están llenos de males."
Salmo 91:11-12
- Mateo 4:6: "Y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra."
- Lucas 4:10-11: "Porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra."
Salmo 91:13
- Lucas 10:19: "He aquí, os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará."
Salmo 91:14-16
- Salmo 50:15: "E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás."
- Isaías 43:2: "Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti."
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