Testimonio de Mari Loli - Garabandal (1978)

 



Garabandal es el nombre de una pequeña aldea ubicada en el municipio de San Sebastián de Garabandal, en la región de Cantabria, España. Este lugar se hizo mundialmente conocido a partir de 1961 debido a una serie de presuntas apariciones marianas y fenómenos sobrenaturales que involucraron a cuatro niñas de la localidad: Conchita González, Mari Cruz González, Mari Loli Mazón y Jacinta González. Desde entonces, Garabandal ha sido centro de devoción para algunos y de escepticismo para otros.

El 18 de junio de 1961, las niñas afirmaron haber visto a un ángel en un camino cercano al pueblo. Esta aparición fue la primera de una serie de eventos sobrenaturales que se prolongaron hasta 1965. Según los relatos de las niñas, después de la primera visión del ángel, comenzaron a experimentar apariciones de la Virgen María, quien se les presentaba como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Las niñas recibieron mensajes que, de acuerdo con ellas, eran llamados a la conversión y advertencias para la humanidad.

Las apariciones de Garabandal se dieron en un contexto histórico marcado por el auge del fenómeno mariano en otras partes del mundo, como las reconocidas apariciones de Fátima en Portugal (1917) y Lourdes en Francia (1858). Sin embargo, Garabandal es único en su desarrollo y en el tipo de mensajes que las videntes afirmaron haber recibido. A continuación, se destacan algunos de los elementos más importantes de las apariciones de Garabandal.

Los mensajes

Uno de los aspectos más intrigantes de las apariciones fue el contenido de los mensajes que las niñas dijeron haber recibido de la Virgen. Los mensajes de Garabandal enfatizaban la necesidad de arrepentimiento, oración y sacrificio para evitar un futuro castigo. La Virgen, según las niñas, también les habló sobre una "gran advertencia" y un "milagro" que se darían en el futuro, seguidos por un "castigo" si la humanidad no se convertía.

La advertencia sería un evento de carácter universal en el que cada persona vería el estado de su alma como Dios la ve, una especie de revelación interna que llevaría a muchos al arrepentimiento. El milagro, por otro lado, sería un gran evento visible y sanador que ocurriría en Garabandal, y después del cual dejaría una señal permanente en el lugar. Finalmente, el castigo sería una consecuencia si la humanidad no respondía a la advertencia y al milagro con arrepentimiento y conversión.

Fenómenos físicos y trances

Otro aspecto notable de las apariciones en Garabandal fueron los fenómenos físicos que presuntamente acompañaban las visiones. Las niñas caían en estados de trance o "éxtasis" durante las apariciones. En estos momentos, se las veía caminar de espaldas a gran velocidad por terrenos difíciles sin tropezar, o inclinarse hacia atrás en posiciones imposibles para su edad, siempre manteniendo una actitud serena. Estos fenómenos fueron observados por decenas de testigos, incluidos sacerdotes, médicos y turistas curiosos.

Durante estos trances, las niñas también hablaban con la Virgen y recibían rosarios, medallas y otros objetos religiosos que los habitantes del pueblo les daban para que los "ofrecieran" a la Virgen para ser bendecidos. Tras el trance, las niñas devolvían los objetos a sus dueños sin error, lo cual sorprendió a muchos.

Investigación y respuesta de la Iglesia

Desde el principio, las apariciones de Garabandal atrajeron la atención no solo de los devotos, sino también de las autoridades eclesiásticas. La diócesis de Santander, responsable de la región, abrió una investigación formal para evaluar la autenticidad de los hechos. El obispo local adoptó una actitud cautelosa, y aunque no se emitió una condena explícita, el veredicto inicial fue de escepticismo. La Iglesia nunca ha reconocido oficialmente las apariciones de Garabandal como sobrenaturales.

Sin embargo, esta cautela no detuvo el flujo de peregrinos al lugar. A lo largo de los años, miles de personas, incluidos sacerdotes, religiosos y laicos, han visitado Garabandal buscando un encuentro espiritual o un milagro. Entre los visitantes más notables se encontraba el famoso místico italiano Padre Pío, quien, según informes, mostró interés en los eventos de Garabandal y apoyó la causa de las videntes. A pesar de esto, la Iglesia mantiene su posición no concluyente sobre las apariciones.

El legado de Garabandal

A más de 60 años de los primeros eventos, Garabandal sigue siendo un tema controvertido dentro de la comunidad católica. Algunos ven las apariciones como un recordatorio urgente de los llamados de conversión y oración de la Virgen en tiempos modernos, mientras que otros consideran que faltan pruebas concluyentes que demuestren la autenticidad de los fenómenos.

Las niñas crecieron y, con el paso del tiempo, adoptaron una vida relativamente privada. Conchita González, la más prominente de las videntes, afirmó que el "milagro" prometido por la Virgen aún ocurrirá, pero no ha especificado cuándo. Esto mantiene viva la esperanza de algunos devotos, mientras que otros han adoptado una actitud más escéptica.


Garabandal sigue siendo un enigma espiritual que desafía la comprensión fácil. Aunque no cuenta con el reconocimiento oficial de la Iglesia Católica, los eventos de Garabandal han dejado una marca profunda en la devoción mariana contemporánea.

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Rosa Mística