¿Qué dice Santo Tomás sobre la inmigración?

 ¿Qué dice Santo Tomás sobre la inmigración?

¿Qué dice Santo Tomás sobre la inmigración? Al observar el debate sobre la inmigración, se asume casi automáticamente que la posición de la Iglesia es de caridad incondicional hacia aquellos que ingresan a la nación, legal o ilegalmente.


Sin embargo, ¿es este el caso? ¿Qué dice la Biblia sobre la inmigración? ¿Qué dicen los doctores y teólogos de la Iglesia? Sobre todo, ¿qué dice el más grande de los médicos, Santo Tomás de Aquino, sobre la inmigración? ¿Ofrece su opinión algunas ideas sobre los temas candentes que ahora sacuden a la nación y difuminan las fronteras nacionales?


La inmigración es un problema moderno, por lo que algunos podrían pensar que el Santo Tomás medieval no tendría opinión sobre el problema. Y, sin embargo, lo hace. No hay más que mirar en su obra maestra, la Summa Theologica, en la Primera parte de la Segunda Parte, cuestión 105, artículo 3 (I-II, Q. 105, art. 3). Allí se encuentra su análisis basado en percepciones bíblicas que pueden contribuir al debate nacional. Son totalmente aplicables al presente.E-Book GRATIS, Un místico español en Quito: Sor Mariana de Jesús Torres

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DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Si deseamos ampliar información sobre aspectos relacionados sobre el bien común y la Doctrina Social de la Iglesia se puede consultar aquí https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html


Pdf descargable

 https://patrimoinechretien.com/Biblioth%C3%A8que/Oeuvres/Magistere/CompendiumDoctrinaSocialis2018es.pdf


Indice analítico

https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_analytical-index_sp.html 

EMIGRACIÓN (puntos relevantes) 

  • Octogesima adveniens y emigración, pag.100;
  • Desocupación e inmigrantes, pag. 289;
  • Inmigración, recurso para el desarrollo, pag. 297;
  • Regulación de los flujos migratorios, pag. 298;
  • Inmigrantes y reunión de sus familias, pag. 298;
  • Globalización, sindicatos e inmigrantes, pag.308.

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Santo Tomás: "Las relaciones del hombre con los extranjeros son dobles: pacíficas y hostiles; y al dirigir ambos tipos de relaciones, la Ley contenía preceptos adecuados".


Comentario: Al hacer esta afirmación, Santo Tomás afirma que no todos los inmigrantes son iguales. Cada nación tiene el derecho de decidir qué inmigrantes son beneficiosos, es decir, "pacíficos", para el bien común. En legítima defensa, el Estado puede rechazar a aquellos elementos criminales, traidores, enemigos y otros que considere dañinos u "hostiles" a sus ciudadanos.


La segunda cosa que afirma es que la forma de tratar la inmigración está determinada por la ley tanto en los casos de inmigración beneficiosa como en los de inmigración "hostil". El Estado tiene el derecho y el deber de aplicar su ley.


Santo Tomás: "A los judíos se les ofrecieron tres oportunidades de relaciones pacíficas con los extranjeros. Primero, cuando los extranjeros pasaban por sus tierras como viajeros. En segundo lugar, cuando llegaron a habitar en su tierra como recién llegados. Y en ambos aspectos la Ley proveía bondadosamente en sus preceptos, pues está escrito en Éxodo 22,21: No molestarás al extraño [advenam]; y de nuevo (Éxodo 22:9): 'No molestarás al extraño [peregrino]'".


Comentario: Aquí Santo Tomás reconoce el hecho de que otros querrán venir a visitar o incluso quedarse en la tierra por algún tiempo. Esos extranjeros merecen ser tratados con la caridad, el respeto y la cortesía que se deben a todo ser humano de buena voluntad. En estos casos, la ley puede y debe proteger a los extranjeros de ser maltratados o molestados.


Santo Tomás: "En tercer lugar, cuando algún extranjero deseaba ser admitido enteramente a su comunión y modo de adoración. Con respecto a ellos se observaba un cierto orden. En efecto, no eran admitidos inmediatamente a la ciudadanía, como era ley en algunas naciones que nadie era considerado ciudadano sino después de dos o tres generaciones, como dice el Filósofo en III Polit.


Comentario: Santo Tomás reconoce que habrá quienes quieran quedarse y convertirse en ciudadanos de las tierras que visitan. Sin embargo, establece como primera condición para la aceptación el deseo de integrarse plenamente en lo que hoy se consideraría la cultura y la vida de la nación.


Una segunda condición es que la concesión de la ciudadanía no sea inmediata. El proceso de integración lleva tiempo. La gente necesita adaptarse a la nación. Cita al filósofo Aristóteles diciendo que se consideraba que este proceso duraba dos o tres generaciones. El mismo Santo Tomás no da un marco temporal para esta integración, pero sí admite que puede llevar mucho tiempo.


Santo Tomás: "La razón de esto era que si se permitía a los extranjeros entrometerse en los asuntos de una nación tan pronto como se establecieran en su seno, podrían ocurrir muchos peligros, ya que los extranjeros, que aún no tienen el bien común firmemente en el corazón, podrían intentar algo perjudicial para la gente".


Comentario: El sentido común de Santo Tomás ciertamente no es políticamente correcto, pero es lógico. El teólogo señala que vivir en una nación es algo complejo. Se necesita tiempo para conocer los problemas que afectan a la nación. Aquellos familiarizados con la larga historia de su nación están en la mejor posición para tomar las decisiones a largo plazo sobre su futuro. Es nefasto e injusto poner el futuro de un lugar en manos de los recién llegados, quienes, aunque no por culpa suya, tienen poca idea de lo que está pasando o ha pasado en la nación. Tal política podría conducir a la destrucción de la nación.


Como ilustración de este punto, Santo Tomás señala más tarde que el pueblo judío no trataba a todas las naciones por igual, ya que las naciones más cercanas a ellos se integraban más rápidamente en la población que las que no estaban tan cerca. Algunos pueblos hostiles no debían ser admitidos en absoluto en la plena comunión debido a su enemistad hacia el pueblo judío.


Santo Tomás: "Sin embargo, era posible por dispensa que un hombre fuera admitido a la ciudadanía a causa de algún acto de virtud: así se relata (Judit 14:6) que Ajior, el capitán de los hijos de Amón, 'se unió al pueblo de Israel, con toda la sucesión de su parentela'".


Comentario: Es decir, las reglas no eran rígidas. Hubo excepciones que se concedieron en función de las circunstancias. Sin embargo, tales excepciones no son arbitrarias, sino que siempre tienen en cuenta el bien común. El ejemplo de Ajior describe la ciudadanía otorgada al capitán y a sus hijos por los buenos servicios prestados a la nación.


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Estos son algunos de los pensamientos de Santo Tomás de Aquino sobre el tema de la inmigración basados en principios bíblicos. Está claro que la inmigración debe tener dos cosas en mente: la primera es la unidad de la nación; y el segundo es el bien común.


La inmigración debe tener como objetivo la integración, no la desintegración o la segregación. El inmigrante no sólo debe desear asumir los beneficios, sino también las responsabilidades de unirse a la plena comunión de la nación. Al convertirse en ciudadano, una persona se convierte en parte de una familia amplia a largo plazo y no en un accionista de una sociedad anónima que solo busca el interés propio a corto plazo.


En segundo lugar, Santo Tomás enseña que la inmigración debe tener en cuenta el bien común; no puede destruir ni abrumar a una nación.


Esto explica por qué tantos estadounidenses experimentan inquietud causada por la inmigración masiva y desproporcionada. Esta política introduce artificialmente una situación que destruye los puntos comunes de unidad y desborda la capacidad de una sociedad para absorber nuevos elementos orgánicamente en una cultura unificada. Ya no se considera el bien común.


Una inmigración proporcional siempre ha sido un desarrollo saludable en una sociedad, ya que inyecta nueva vida y cualidades a un cuerpo social. Pero cuando pierde esa proporción y socava el propósito del Estado, amenaza el bienestar de la nación.


Cuando esto sucede, la nación haría bien en seguir el consejo de Santo Tomás de Aquino y los principios bíblicos. La nación debe practicar la justicia y la caridad para con todos, incluidos los extranjeros, pero sobre todo debe salvaguardar el bien común y su unidad, sin la cual ningún país puede durar mucho tiempo.



¿Qué dice Santo Tomás sobre la inmigración?

Entrevista con John Horvat II

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Rosa Mística