Inmaculada Concepción. Dios nos otorga el privilegio de una Madre en el Cielo.
¿Quién es la Inmaculada Concepción y por qué?
María, la Madre de Dios, es la Inmaculada Concepción. Esto se debe a que fue elegida por Dios y se le dio la gracia de ser preservada del pecado original.
El Papa San Juan Pablo II dijo:
El hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón» (1 Sm 16,7). Y el corazón de María estaba plenamente dispuesto al cumplimiento de la voluntad divina. Por eso la Santísima Virgen es el modelo de la espera y de la esperanza cristiana... En su corazón no hay sombra de egoísmo: no desea nada para sí misma, excepto la gloria de Dios y la salvación humana. Para ella, el privilegio mismo de ser preservada del pecado original no es una razón para jactarse, sino para un servicio total a la misión redentora de su Hijo.
¿Por qué Dios escogió a María?
El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafos 492-493) enseña:
El "esplendor de una santidad totalmente única" con la que María es "enriquecida desde el primer instante de su concepción" proviene totalmente de Cristo: es "redimida, de un modo más exaltado, en razón de los méritos de su Hijo". El Padre bendijo a María más que a cualquier otra persona creada "en Cristo, con toda bendición espiritual en los lugares celestiales" y la eligió "en Cristo antes de la fundación del mundo, para ser santa e irreprensible delante de él en amor".
Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Santísima" (Panagia), y la celebran como "libre de toda mancha de pecado, como si hubiera sido modelada por el Espíritu Santo y formada como una nueva criatura". Por la gracia de Dios, María permaneció libre de todo pecado personal durante toda su vida.
Tomado de EWTN