Corpus Cristi, celebración de adoración para nosotros católicos

Conocida como Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, esta fiesta honra a Jesucristo, verdadera y realmente presente substancialmente bajo las apariencias
del pan y del vino. Esa Presencia ocurre gracias a un cambio que la Iglesia llama
transubstanciación (cambio de sustancia), en el momento en que el sacerdote, durante la
Consagración en la Misa, dice las palabras que el mismo Cristo pronunció sobre el pan y el
vino: “Este es Mi Cuerpo”, “Esta es Mi Sangre”, “Hagan esto en memoria Mía”


Como indica el número 1374 del Catecismo de la Iglesia Católica, que se hace eco de las
disposiciones del Concilio de Trento: "En el santísimo sacramento de la Eucaristía
están contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto
con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consiguiente Cristo
entero"

¿Por qué celebramos el Corpus Christi los católicos?
La Iglesia Católica honra la Presencia de Cristo en la Santa Eucaristía con una fiesta
especial que debe a Santa Juliana de Lieja, monja del siglo XIII nacida en Bélgica, que tuvo
un gran amor por la Eucaristía. A los 16 años tuvo una visión de la Iglesia como una luna
llena con un punto oscuro que significaba que a la Iglesia le faltaba una fiesta dedicada
únicamente al Cuerpo y Sangre de Cristo. A pesar de que tuvo la misma visión varias
veces, no creía que pudiera ella hacer nada para que se instituyera esa fiesta por lo que
mantuvo en secreto su visión por muchos años. Una vez elegida priora de su convento,
finalmente expuso a su confesor la visión y él, a su vez, lo informó al obispo. Esto, de
alguna manera, inició el camino hacia la institución de la fiesta del Corpus Christi.

¿Por qué es importante la Solemnidad de Corpus Christi?
La Eucaristía es la “fuente y culmen de la vida cristiana” (Concilio Vaticano II, Lumen
gentium, 11). En la Eucaristía, Jesús mismo vuelve a presentar Su Sacrificio en el Calvario
(Lc 22,19-20; 1 Cor 11,26-29) para beneficio nuestro y se nos da en la Santa Comunión
(Ex 16,4; Jn 6,1-14, 48-51), y se queda con nosotros hasta el fin de los tiempos (Lc 24,13-
35; Mt 28,18-20). Viene a nosotros en esta humilde forma, haciéndose vulnerable por amor a cada uno de nosotros. Sin embargo, es Dios Mismo, y por tanto el Cuerpo y la Sangre de
Cristo merecen nuestro mayor respeto y amor, y también adoración.
En el himno “Tantum Ergo” de Santo Tomás de Aquino, rezamos:
Veneremos, pues, inclinados, tan grande Sacramento; y la antigua figura ceda el
puesto al nuevo rito; la fe supla la incapacidad de los sentidos.
San Francisco de Asís expresó: "En este mundo, no veo al Altísimo Hijo de Dios pero sí a
Su Santísimo Cuerpo y Sangre”.

Feliz solemnidad del "Cuerpo de Cristo"

Que Dios os bendiga a vosotros y a vuestras familias
José Carlos González-Hurtado
Presidente EWTN España



Entradas populares

Imagen

Rosa Mística