Jesús enseña, nos enseña con autoridad.
En ocasiones buscamos acomodar sus enseñanzas a nuestro critero, forma de pensar y momento histórico o cultural.
Sin embargo, no es lo más acertado cuando se trata de contradecir o enmendar al Hijo de Dios, a Dios encarnado. Comentarios editados del Padre Martín, Franciscano de María.