San Atanasio nos enseña que las fe necesita de un pensamiento y razón organizada.
Hoy se anuncia un misterio maravilloso: ha ocurrido algo nuevo: Dios se ha hecho hombre; siguió siendo lo que era y se ha convertido en lo que no era; y aunque las dos naturalezas permanecen distintas, él es una.
El arrianismo enseñó que el Hijo fue creado por el Padre y de ninguna manera es igual a él. Este fue en muchos sentidos un enfoque más “puro” y más “espiritual” de la religión, ya que no obligó a Dios a sufrir la experiencia indigna de estar hecho de carne. El Islam es esencialmente arriano. Pero el arrianismo deja una brecha infinita entre Dios y el hombre, y finalmente destruye el Evangelio, dejándolo como una farsa o como una parodia cruel. Solo siendo ortodoxos e insistiendo en la identidad de las naturalezas del Padre, del Hijo y del Espíritu, podemos comprender verdaderamente la bondad de la creación y el amor de Dios, y vivir de acuerdo con ellos. Por esta razón, muchos extractos de las obras de San Atanasio se han adoptado como segundas lecturas en el Oficio de lecturas.