Id y Predicad

Si eres cristiano, no puedes dejar de anunciar la Palabra, el Reino y la Resurrección de Cristo, Salvador Nuestro.

Porque está permanentemente expresado. Es para compartir nuestra fe. No se enciende una Luz para ponerla debajo de la mesa.

Lee y comprenderás.

Jeremías 3,14-18

[14]Volved, hijos apóstatas - oráculo de Yahveh - porque yo soy vuestro Señor. Os iré recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de cada familia, y os traeré a Sión.

[15]Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia.

[16]Y luego, cuando seáis muchos y fructifiquéis en la tierra, en aquellos días - oráculo de Yahveh - no se hablará más del arca de la alianza de Yahveh, no vendrá en mientes, no se acordarán ni se ocuparán de ella, ni será reconstruida jamás.

[17]En aquel tiempo llamarán a Jerusalén «Trono de Yahveh» y se incorporarán a ella todas las naciones en el nombre de Yahveh, en Jerusalén, sin seguir más la dureza de sus perversos corazones.

[18]En aquellos días, andará la casa de Judá al par de Israel, y vendrán juntos desde tierras del norte a la tierra que di en herencia a vuestros padres.

Hechos 13,46-49

[46]Entonces dijeron con valentía Pablo y Bernabé: «Era necesario anunciaros a vosotros en primer lugar la Palabra de Dios; pero ya que la rechazáis y vosotros mismos no os juzgáis dignos de la vida eterna, mirad que nos volvemos a los gentiles.

[47]Pues así nos lo ordenó el Señor: Te he puesto como la luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra.»

[48]Al oír esto los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban destinados a una vida eterna.

[49]Y la Palabra del Señor se difundía por toda la región.


Lucas 10,1-9

[1]Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.

[2]Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

[3]Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.

[4]No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.

[5]En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."

[6]Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.

[7]Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.

[8]En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;

[9]curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."



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Rosa Mística